una rata equilibrista
se paseaba por mi ventana
cada noche
al principio le temía
por diferencias
insondables
con el tiempo
fui volviéndome
más y más asqueroso
y pudimos acercarnos
antes de matarla de un palazo
antes de esperar su golpe blando
contra el suelo lejano
antes de borrar sus órganos
de mi escoba con un trapito
me dijo:
un tipo que guarda
sus últimos rasgos de humanidad
en un bolso atado con un piolín
a su cintura
come su propia carne
hasta desaparecer
y no es un poeta
necesariamente
0
0
0
jueves, 26 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario