Oh niña!
mis gestos
trabados frente a tu cuerpo yaciente
se sueltan en arcadas de dolor
mientras los nudos en mis músculos
se desatan
y el vacío lo inunda todo
oh hermosa niña!
tu boca ya refleja la potencia de un río
arrancando el mármol a rombos
frenando el movimiento del aire pestilente
silenciando los murmullos agónicos
que se debaten en estos
anchos y largos
pabellones de espera
oh niña!
la espera,
cargada de estúpidas figuras
rebosante de flores y
palabras prefabricadas
que pretenden secuestrar mis miedos
y los tuyos
aunque sean insuficientes
frente a la realidad
de tu cuerpo niña
de tu conciencia
que cesa
oh niña!
Tu cara me desvela
y se vuelve concisa
en el recuerdo
acomodando sus colores
con su última pincelada
oh hermosa niña!
mi altar está vacío
como mi fe
y en ese rincón ausente
una fuerza
interna y profana
me obliga a arrodillarme
y me consuela:
por lo menos pude
avivar
tus últimas
sonrisas
oh
niña!