la suya
como otras tantas
supo extenderse
entre dos puntos
del tiempo
refugiarse
en un nombre
apretando los dientes
o liberándolos
en risas
una vouyerista
experiencia
de lo interminable
un grano de arena
clavado en la enorme lápida
una gota
embanderando
ejércitos de espermatozoides
una lupa
arrastrándose
sobre aquellos colores
que se disputan
el amanecer
con el ocaso.
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lunes, 10 de agosto de 2009
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1 comentario:
lindo che.
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